Resumen Analítico en Educación, es la condensación de información contenida en documentos y estudios en materia educativa de una manera que facilite al lector o usuario, la aprehensión y análisis del documento en cuestión. Se redactan en un lenguaje claro, sencillo y preciso, guardando la fidelidad posible al texto teniendo siempre en cuenta que se trata de un análisis. Por ello, quienes elaboran resúmenes son el personal formado en educación, y en
diferentes disciplinas con conocimiento en educación y del sector educativo. Los resúmenes analíticos no deben ser muy extensos, máximo de cuatro (4) páginas; el modelo debe ir sin encabezados
1. Información General
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Tipo de
documento
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Acceso
al documento
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Universidad Pedagógica Nacional. Biblioteca
Central
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Titulo
del documento
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UNA MIRADA PEDAGOGICA A LA ESCRITURA DE UN ENSAYO
ARGUMENTATIVO
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Autor(es)
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Torres, Inés Cristina.
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Director
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Publicación
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Bogotá. Revista de Estudios Sociales no. 19,
diciembre de 2004, 97-105
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Unidad
Patrocinante
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Universidad de los Andes
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Palabras
Claves
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Ensayo argumentativo, escritura analítica,
inmersión, cognición.
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2. Descripción
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Una
mirada pedagógica a la escritura de un ensayo argumentativo, es un trabajo de
grado que busca identificar y describir los postulados de algunos autores
respecto a la importancia y realización que constituye un ensayo
argumentativo en el medio educativo por quienes tienen que verse con este
tipo de producciones por parte de sus estudiantes y la experiencia de la
enseñanza de este en las instituciones educativas. Esta revisión
bibliográfica busca entonces identificar elementos teóricos y experiencias investigativas
que incidan favorablemente en su escritura. La confianza en que si es posible
aprender a escribir se ve reforzada por las propuestas que se hacen desde
concepciones cognitivistas que validan el proceso de aprendizaje a través de
diversos mecanismos como estrategias o instrucciones y desde concepciones
socioculturales que impulsan la inmersión en situaciones que promuevan el
análisis, la discusión y la confrontación de puntos de vista diferentes.
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3. Fuentes
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1) Bajtin, M.M. (1999). Estética de la creación
verbal. México D.F.: Siglo XXI Editores. 2)
Bruffee, K.A. (1993). Collaborative Learning: Higher education,
interdependence, and the authority of knowledge. Baltimore: Johns Hopkins
University Press. 3) De La Paz, S. & Graham, S. (2002). Explicitly
teaching strategies, skills, and knowledge: writing instruction in middle
school classrooms. Journal of Educational Psychology, 94, 687-698. 4) Duarte, E.M.
(2001). The eclipse of thinking: an Arendtian critique of cooperative
learning. En M. Gordon (Ed.). Hannah Arendt and Education: Renewing our
common world. Boulder: Westview Press. 5) Dysthe, O. (2001). The mutual
challenge of writing research and the teaching of writing. Investigación presentada en la primera conferencia de la European
Writing Centre Association. University of Groeningen, Nederland. Recuperado dehttp://www.uib.no/plf/ansatte/olga/keynote%. 6) Ferreti, R.P.;
MacArthur, CH. & Dowdy, N. (2000). The effects of an elaborated goal on
the persuasive writing of students with learning disabilities and their
normally achieving peers. Journal of Educational
Psychology, 92, 694 -702. 7) Ordoñez, C. (2001). Instrucciones de redacción
de un ensayo argumentativo. Manuscrito no publicado, Maestría en Educación,
Universidad de los Andes, Colombia. 8) Vygotsky, L. (1995). Pensamiento
y Lenguaje. Barcelona: Paidós. 8)Young,, R. (1993). Teoría crítica de la
educación y discurso en el aula. Barcelona: Paidós.
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4. Contenidos
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El
ensayo argumentativo, como tema investigativo, surge de la inquietud por
precisar las condiciones más favorecedoras para la escritura de este. El
trabajar con un grupo amplio de alumnos permitió encontrar producciones de
calidad muy diversa y valorar la complejidad en el acierto y uso
ciertas prácticas pedagógicas y revisar la poca utilidad de otras que no
contribuyeron en la forma esperada a la redacción.
Dentro
de la revisión bibliográfica se encontró que para la construcción
argumentativa es necesario tener en cuenta según Vigotsky (1995) que no hay
pensamiento sin lenguaje. El pensamiento llega a la existencia a través de
palabras. Gracias a la interacción con otros, puede darse un movimiento
constante entre el habla externa y el habla interior, que permite el
conocimiento. Por tanto el lenguaje es de carácter social y el significado es
el resultado de negociaciones culturales que se producen en el interior de
situaciones concretas de comunicación.
Por
otra parte Ordoñez (2001) manifiesta que el ensayo argumentativo puede
definirse como un tipo de texto estructurado y unificado alrededor de una
tesis que se sustenta de diversas formas como razones o ilustraciones.
Del
mismo modo y desde la perspectiva de los géneros discursivos de Bajtin
(1999), el ensayo se aborda como un tipo de texto argumentativo porque sus
enunciados se estructuran alrededor de la necesidad comunicativa de sustentar
una tesis con unos argumentos que fijen una posición y entren en diálogo con
otras posiciones. Un tipo de texto como el ensayo argumentativo se cohesiona
al articular sus enunciados con recursos lingüísticos, entre los cuales
pueden reconocerse, por ejemplo, los conectores (porque, aunque, por lo
tanto…) que evidencian relaciones lógicas entre ellos. Su coherencia depende
de la relación que establezcan su tesis y sus argumentos con los aspectos de
la realidad y de la situación a los que hacen referencia.
En
relaciona al tema, Dysthe (2001) en una ponencia sobre enseñanza de la
escritura académica en Europa, señala diferencias cultuales entre la
tradición académica de Europa y la corriente norteamericana. Señala la
composición escrita de Norteamérica con tres diferentes posiciones teóricas
en la enseñanza de la escritura: las cuales consisten en la posición literaria
que busca despertar los procesos creativos poco conscientes de un escritor,
la segunda es la visión cognoscitiva la cual permite distinguir etapas y
tiempos en la composición de un escrito, esta contempla la reflexión y la
metacognición ya que reconoce que la escritura misma es una habilidad para
estudiar y aprender; y la tercera que tiene que ver con una perspectiva
sociocultural puesto que la escritura está determinada por las condiciones
del contexto en donde se produce.
Para
autores como Young (1993) quien promueve un tipo de interacción en el aula al
que denomina discursivo, caracterizándose por la realización de preguntas
abiertas que generan una comunicación a partir de inquietudes genuinas por
parte del profesor y de los estudiantes que contemplen posibilidades
inesperadas, genera según este autor, ambientes propicios a la verdadera
indagación y a la construcción conjunta de aprendizajes por parte de la
comunidad del aula.
Entre
quienes defienden la inmersión y rescatan la influencia del contexto y el
papel del discurso del aula en el aprendizaje se inscribe, asimismo, la
propuesta de Bruffee (1993), profesor de la Universidad de Nueva York, de
impulsar formas sociales en el aula que construyan conocimiento. La
interacción entre pares resulta, según él, una forma privilegiada de relación
social que permite aprender en colaboración.
Duarte
(2001) responde a Bruffee sobre su impulso al aprendizaje en colaboración
validado desde un enfoque sociocultural y sostiene que el planteamiento
vigotskiano del desarrollo del lenguaje es más amplio que lo que quieren
verlo quienes promueven esta forma social de aprendizaje. Duarte precisa que
si bien el lenguaje sí surge de la interacción, no es posible desconocer que
algunos procesos mentales no pueden darse sino en la reflexión, es decir, en
el lenguaje interior, que es un espacio de independencia positiva distinto al
de la asimismo positiva interacción social. Para él el aprendizaje en
colaboración inhibe formas de pensamiento que sólo se alcanzan a través de
cierta marginación social, en el encuentro con uno mismo.
Considerar
otras opciones que favorezcan la argumentación, diferentes a la inmersión, es
lo que proponen quienes reconocen el proceso de aprendizaje de la escritura
desde un enfoque cognoscitivo (Dysthe, 2001). Es
el caso de Ferreti, Mc Arthury Dowdy, profesores de la Universidad de
Delaware, para quienes la escritura es una actividad dirigida a conseguir un
propósito siempre específico que se favorece con una instrucción cuidadosa y
con un ejercicio intelectual previo. En un estudio de De La Paz y Graham
(2002), confirman la necesidad de desarrollar también ciertas estrategias a
partir del uso de un modelo instruccional que organice y dirija el proceso de
planeación, revisión y escritura de un ensayo. Según éste, las estrategias
deben combinarse con el desarrollo de algunas habilidades como la
construcción de una tesis, el manejo de conectores, la selección de un vocabulario
con cierto nivel de complejidad y el manejo de diversos tipos y longitudes de
oraciones, y con la enseñanza de conocimientos explícitos como las
características de una buena escritura, los criterios para evaluarla y la
estructura de un tipo de texto como el ensayo.
Considerando
las diversas investigaciones, cabe resaltar que la enseñanza de la escritura
de un ensayo puede contemplarse desde la selección de un buen cuerpo de
instrucciones y herramientas que lleven a ciertos aprendizajes. Pero también
cabe interrogarse por los desarrollos intelectuales y lingüísticos que
demanda un texto analítico como el ensayo.
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5. Conclusiones
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La
revisión bibliográfica permitió apreciar como la escritura si puede
enriquecerse ante prácticas muy concretas y ante expectativas que se plantean
con claridad. Observar también que favorecer un ambiente abierto al diálogo y
a la discusión podía llegar a promover el discurso argumentativo.
Además,
la enseñanza de la escritura de un ensayo puede contemplarse desde la
selección de un buen cuerpo de instrucciones y herramientas que llevan a
ciertos aprendizajes. Pero también cabe interrogarse por los desarrollos
intelectuales y lingüísticos que demandan un texto analítico como el ensayo.
Como
afirmación general cabe precisar sobre la siguiente conclusión “Los contextos
adecuados de aprendizaje sí generan mejoras significativas en la escritura de
argumentos razonados, conectados, lógicos y coherentes que impulsan el
desempeño académico general de los estudiantes.
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Elaborado por:
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Oscar
Armando Arenas Pérez
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Revisado por:
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Fecha de elaboración del Resumen:
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28
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mayo
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2014
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